Mi terrible suplicio finalizaria en breve. caminaba por la oscuridad de una noche sin luna, junto la intimidad de las ruinosas viviendas la estrechas callejuelas sumergidas en la marginalidad, lejos de los sonoros estruendos de los grandes nucleos en fiestas navideñas.
Bajo el cielo nocturno era un mundo paralelo plagado de sombras acechando cada esquina, miles de ojos avizor clavandose como alfileres siempre por la espalda...
No dudaria un segundo en avalanzarse sobre mi, victima indefensa corrompida por una incertidumbre evidente, aun asi mantendria a salvo los conocimientos que nadie podria asimilar, nadie lo suficientemente valiente para digerir que los cuentos para no dormir, las pesadillas infantiles de hombres con acusados colmillos, un mito que resulto ser veridico, coexisten entre los humanos, que la sangre es su alimento, y la noche su pertenencia; por lo que yo significaba una grave amenazada para ellos.
Desde luego nunca me detuve a pensar como acabaria mi corta vida, pero claro estaba que no de una manera tan espantosa. incapaz de predecir los movimientos de mi asesino esfumandose asi toda posibilidades de salir airosa de esta, una timida lagrima se deslizo por mi palida tez y recorde entonces que mi cuerpo mutilado jamas seria encontrado por las autoridades, que lo que hasta hora para mi habia sido un sueño estos ultimos meses acabaria de un instante a otro que al fin y al cabo los sueños sueños son y lo mas doloroso que la unica persona que podria echarme de menos y que tanto queria seria mi verdugo