Ya sabés cual es el plan.
El plan es no saber.
No predecir,
no prever,
no programar.
Pero sin dejar jamás el plan de lado.
El plan es no saber el plan.
Y así y todo, seguirlo tenazmente.
Obcecado,
temerario,
hasta impaciente.
Ansioso por cumplir lo no pactado.
El plan es avanzar, porque no importe
tanto hacia donde
como de donde vengas.
Que no le siente el mapa
que tu orilla sea
a veces la deriva.
El plan has de saberlo de memoria
aunque jamás lo hayas leído.
Que de leerlo no se trata,
porque no habrás de escribirlo.
Que la vida misma
no cabe en las palabras.
El plan es ir irremediablemente a él.
Sin escalas, boletos ni aeropuertos.
Y dejarlo todo.
Aunque te pese más que el equipaje
la ausencia de eso
que dejaste en el camino.
El plan es atentar contra lo inocuo,
es enfermarlo.
Morirlo si hace falta.
Para por fin dejarlo renacer
cuando ya no soportes
la esperanza.
Me has conmovido Fernandez, me has conmovido seriamente.
Muy muy bueno este texto.
No quiero analiz?rtelo. S?lo quiero sentirlo.
Un abrazo.
Me lo guardo en favoritos.