Sublime noche eterna de silencio
la luna cayó al río de este cielo sin orilla
y mojadas las estrellas sangran en el alba
esa primera luz del día que alumbra sin tiempo.
Ya el sol moribundo va atravesando la espera
entre melodías de nubes y puentes rotos en jardines libidinosos
los destellos de la esfera roja golpea la ventana
haciendo la ilusión más bella.
Y llega ella, anunciándose con su crepúsculo imperfecto,
para llenar los corazones que en la inmensidad de la noche
esperan latir en el vuelo triste de la oscuridad infinita.