Placer: son tus labios rojo sangre, mudos,
después de besar la noche y el día de tus pechos,
me pierdo en el silencio de tus ropas blancas.
Profundo tu río me ahoga entre tus extremidades
y el cobijo nocturno de tu lengua que me moja
es la despereza de mis apetitos náufragos.
Y me dices al oído: Los otros ya serán diluvio
en la rutina de la cuidad, cuando amanezcamos
enredados en nuestras carnes, después de saciar toda sed.
son los espectadores.. los otros son los espectadore
Grandioso, Fernando.
Dejas un huequito en mi estómago, porque es como esa sensación de que todo se va y se te encoge el cuerpo ante tal maravilla.
Sentir que la palabra eternidad se hace hoy cuando tus labios sellan mi boca con un beso. Gozar la vida a través de tu mirada. ¡Qué palabra tan verdadera es decirte "te amo con mi alma"!
¡Qué poesía más profunda si hasta te heriza la piel!