Tengo la mirada de papel y las pupilas de cartón
y entre los dedos un promiscuo silencio de corazones rojos
y toda la cuidad descansa sobre la noche moderna
mientras mi cuerpo está hambriento de soledad
como la boca sin saliva, sólo palabras, sin saliva
como el alma de aquel que ha dejado su lucha, solo.
Cenizas y humo de tristes almas en pena allá a los lejos
como aquel paisaje de necrofilia fantástica
como el peregrino de la hermosa oscuridad
me parece tan lejano aquel paisaje cuando levanto la mirada
pero tan cercana a mi alma en este viento de memoria juvenil
de destino y manos y tristezas en el pecho.
Aún sigo sin creer todo lo que se ha dicho de la vida
sigo entre las más tormentosas nubes de cielos negros
me siento practicante de los celos y del mutismo
debería apagar la lluvia o tal vez callar mi fuego
o quizá sólo debería dejar de estar solo conmigo.
Paisaje hostil que has borrado mis huellas
hechas de árboles verdes y azules aguas
de esperanzas limpias de mi alma caminante
de nada sirve todo lo que he dicho en estas líneas muertas
si aún no me sueltas, si aún eres el paisaje
que mis ojos contemplan.
wow que poema!! con todo el sentimiento que en cada línea va desplegando...imagenes de un pasaje hostil vistas desde adentro.
saludozz