¿Qué pasaría si pudiésemos dar marcha atrás en nuestras decisiones?
Siempre me he preguntado eso. Da igual cuánto tiempo pase pero al final siempre intento hayar esa fórmula. Volver al momento en el que cometí aquellos errores y repararlos.
Luego de pensar y darle tantas vueltas a esa idea, me doy cuenta que eso es algo imposible.
Las palabras mal dichas y mal interpretadas. El orgullo que llena al hacerle creer a alguien que no te importa tanto y de ahí la imagen que para siempre dejas en esa persona de ti. Los te quiero que nos guardamos, las locuras que hicimos y las que nos faltó tiempo por hacer.
El valor que no poníamos a las cosas por la falta de madurez. El creer que cada día que pasaba y ese amor se rompía un poco más no era algo importante. Que cuando quisiéramos los daños los podríamos reparar.
Las mentiras que dijiste y las que te dije.
No sé si la madurez nos habrá dado la lección de todo lo que perdimos por no encontrarnos en el momento perfecto.
Siempre me quedará la duda de si todo lo que nos paso. Si hubiéramos celebrado nuestro amor más adultos, si lo sabríamos agarrar con aquella fuerza pero a la vez con tanta delicadeza que supiésemos cuidarlo y mantenerlo.
Cuando acabas de empezar a volar, encuentras al amor de tu vida. Pero como no habías volado nunca antes, no sabes dirigirle bien. Es ahí, cuando por falta de experiencia pierdes lo más especial que hay en el mundo para ti.
Y es la compañía para poder volar feliz.
PD: Espero que algún día puedas perdonarme. Yo en cambio jamás podré perdonarme a mí.
