Pasan las semanas, los meses... y seguimos sin hablar.
Ya no eres el mismo de siempre... hay algo digamos que "malo" en ti. Algo que te ha apartado del pre-adolescente dulce y cariñoso que fuiste en su momento.
Ahora eres el típico bandarrilla de clase, que se cree el más gracioso del mundo mundial, que se esconde entre risas y disfruta metiéndose con terceras personas.
Te miro, desde la distancia que imparten nuestros pupitres y apenas te reconozco.
Ni siquiera físicamente.
Te cortaste ese pelo castaño claro tan precioso, y ahora lo llevas casi rapado. Luces pantalones vaqueros caídos (¡Caídos! ¿¡Tú!? ¿Desde cuándo?), camisas sin abrochar del todo y como complemento una actitud totalmente diferente.
Al mirar tus ojos azules desde mi asiento, es como si me transportara a tan sólo 4 meses antes. Diciembre.
Aquellos días en los que hablábamos cada noche, y me contabas tus miedos, tus pensamientos, tus alegrías... Me pedías que te diera mi opinión sobre los textos que escribías o que le diera el visto bueno a tus dibujos. Cuántas veces me dijiste que yo era tu mujer ideal... que tú no valías la pena... Cuántas veces me abrazabas y me sonreías, me decías que no me fuera cuando te dije que me marcharía lejos, cuando lloraste por eso o el día que discutimos y ambos, cada uno en su casa, derramamos miles de lágrimas... Cuántas veces me dijiste que yo era insustituible y que era como tu típpex porque te ayudaba a reparar los errores...y no sólo en papel.
Pero cometí un error.
Me fui con él porque tras 3 años pensé que ya no podía esperarte más, y creí que no te importaría... pero por lo visto te importó. Porque nunca más volvió a ser lo de antes.
A mí con él nunca me fue bien, porque siempre pensé en ti. Pero te dijeron que estaba enamorada, que te había olvidado...y les creíste.
Mis amistades dicen que aprendiste a valorar lo que tenías cuando ya lo habías perdido... ¡tontas!
Quisiera poder correr, cruzar los metros que nos separan y gritarte a la cara que nunca me has perdido, que de hecho, sigo aquí. Pero decidiste dejarlo todo así, pasar página, porque te hice daño. Te decepcioné. Te fallé.
He de asumir las consecuencias pero se me hace demasiado difícil, te necesito... te echo de menos, y odio verte a diario sin poder hablar, que pasen las horas y no hablemos...que me ignores...
Ojalá pudiera volver atrás y quedarme contigo... porque sí, porque te quiero, porque sigo enamorada y así será siempre...
Ojalá pudiera volver a Diciembre.
Que precioso! Y al final la leyó? A mi me ha encantado chica! ;)