Llevo desde los quince esperándole
y toda la vida soñando con él.
Buscándole en cada beso que daba
y abrazándome a su existencia en cada cama que pisé.
Rastreé su olor en cada canción,
en cada película
y por fin ha llegado a mi vida.
Por fin apareció alguien
que me bese en los semáforos en rojo.
Alguien que volvió a acelerar el tiempo
después de haber vivido meses en pause
y que cuando le di la espalda
se limitó a tocarme el culo.
Por fin llegó la persona que cambió
cada una de mis lágrimas por sonrisas
y que me devolvió las ganas de vivir,
de confiar,
de creer.
Todos y cada uno de los años
que han hecho falta para encontrarle
han merecido la pena
porque ahora está aquí,
conmigo,
dándome un pedazo de su historia,
haciéndome feliz.
Quiero compensarle con la misma dosis de alegría,
con mucho más amor del que yo pueda recibir de él.
Movería las constelaciones
y bajaría al infierno
con tal de ver sus ojos.
Haría lo imposible por poder oírle reír siempre.
Él es la primera maravilla del mundo,
la mejor nota musical,
el milagro más bien traído de la mano de la religión.
Es mi religión,
mi credo,
mi ángel de la guarda.
El tiempo que lo tenga a él,
lo tendré todo.
De mi blog: http://myowncarpediem.blogspot.com.es/
que bello texto.. da mucho que pensar, en lo difícil que resulta encontrar a alguien que valga la pena, alguien que te haga feliz, alguien que te haga perder la noción del tiempo en cada abrazo, en cada beso.
maravilloso