Me acordé de Sabina y quise aliviar mi soledad.
Salí en busca de una gatita y patrullé por la ciudad.
Antes de que llegara la hora maldita y cerrara aquel bar.
Tuve suerte y la encontré en la oscuridad de un pequeño local.
La miré y me miró.
Fue un cuchillo que me atravesó el corazón.
Pero a veces es demasiado el queso para un pequeño roedor.
Y muy peligrosa la gata que al final acaba con el ratón.
Pongamos que hablo de
Y aquí se acaba la historia.
La pequeña historia de un pequeño roedor.
Fran Laviada.
www.franlaviada.com
uy si q sabes expresarte relamente me gustria leer textos similares al q escribiste son muy profundos en cierta forma