Hoy me desvelo, a vuestros ojos por nada...
y no me falta fuerza para cerrar los ojos...
lo que hago, no es lo que hace un hombre sin recursos y con muchos antojos,
sin vino por paladear, sin una hembra a quien montar,
sin una fe para orar... sin libro para leer...
y es porque para el espíritu, no desear ni querer, es peor que nada tener...
y sin ti, nada quiero...
Contigo hermano, esta noche estoy preso,
tras las imaginarias rejas del amor que te tengo,
pagando contigo las penas imputadas,
castigos de injusticia, entre pruebas sembradas,
por policías corruptos que se lo roban todo,
fiscales insaciables y jueces disolutos,
que al apresarte a ti, atrapan a mi madre, a tu esposa, tus hijos...
me condenan... a mí...
Quizás... padecer la injusticia que se propinó a otro... paradójicamente sea, aunque se lo niegue, el mejor modo de orar a Dios, al menos, al Dios de los cristianos.
Resulta más una catarsis que un poema, y sin embargo, es un poema, y bueno. Saludos. Saludos cordiales, salud!