Cóseme, eres responsable de cada pedazo que pisas y no te detienes a mirar y, tan tonto el corazón que sigue incrustándose en las suelas de tus zapatos, solo para estar segura de que has llegado bien a casa. Vivo compartiendo ratos con pedazos ajenos a ti y a mí que no dejan de colgarse a tus costillas.
Cariño, pasa, cierra la puerta y mira el mundo que he preparado para ti.
Me has cosido las ganas a las sabanas de tu cama y las manos a cada uno de tus lunares, y ya he encontrado los tesoros más hermosos en los mapas que he jugado a dibujar en tu espalda. Ha pasado demasiado tiempo y sigo amando la forma en la que te alejas sin voltear a ver que ataste mi corazón a tu puño, será por eso que vengo sintiendo amor en cada caricia de tus manos agrietadas, yo tengo amor suficiente para ambos, cuando dudas en tomar mi mano y yo controlo mis impulsos de coserme a tus labios.
Has cosido mis ojos a los tuyos, ahora entiendo que lo que veo no es más que un reflejo de mi amor por ti, pero si te marchas, cóseme ahora, eres responsable de esta guerra que me dejo esparcida en el suelo cuando pise firme frente al cañón para que no sufrieras ningún daño. Sin embargo te vas, y ni siquiera tienes el valor de reparar un poco el daño que causaste.
Cóseme, porque cariño hace mucho que no soy más que pequeñas piezas que vas esparciendo de cama en cama, te pedí que guardaras las armas al entrar y ahora me has convertido en un rompecabezas sin sentido, he perdido toda la cordura, creo que se fue atada a los botones de tu camisa.
Cóseme, cierra la puerta y apaga la luz.
