Muñecas asfixiadas con libros;
niño, saboreas la luz de la pared
y no necesitas nada, nada de lo que
mañana será indispensable.
Niño miras el sol,
y cegado le ves luego con los globos cerrados:
la fuerza de tu sueño en espera,
la fuerza de mi brazo tirándote
lejos
a donde el desgano te mira con ojos de arruga.
Triste reyerta la de los hombres que se rehúsan a crecer
más allá del cielo
y sus esperanzas,
es que el niño no deja de ser bello
es que el niño no deja de ser imagen,
es que el dios inocente se presenta a modo de niño
es que el niño es una estatuilla
y los infelices no paran de rezar a ojo cerrado.
Muñecas asfixiadas con libros,
niño que saboreas fijo la pared.