Las personas que caminan por el pasillo del tren
buscan asiento y vuelven a casa;
creen que hoy es sábado a medianoche
y que el tren, en efecto, viaja.
Las personas que pasan por el pasillo del tren
no ven que el tren no hace nada,
que nunca hallarán asientos,
que nunca acaban de volver a casa.
Son entidades desplazando la paz.
¿Y yo? Llevo siglos sentado en mi Lídice.