Detenido el tiempo no supe nada.
Roto el poema, entre las aguas
cercado de algas puras,
de cegadoras miradas
urdimos una trampa para amarmos.
Nada y roto se vislumbran al escribir
y la palabra es un juego de ebriedad,
de acallado silencio, de murmullo en la nada.
Esa nada que te sueña,
que vislumbra tu andar,
que no cesa en primavera de mirar
la claridad en la penumbra
del más fino cristal.
Y el juego entre nada, el agua y el callar
mecen el silencio limpio
del pensamiento, sin más.
Hoy arrebaté un brote de primavera a la luna.
Noches de palmera y palmeral poblado.
Justo al lado de las olas
cabalga la tornadiza espuma y dice
que la luna engaña con su paliz extraña
de fruta seca, de abombada noche, de
incitación al delirio.
Los perros ladraron, como en ese tarot
donde percibo tu miedo.
Te ofrecí mi mano, vacía de tornadizos vuelos,
simplemente para tocarte.
Y en la soledad ese todo se volvió risa,
oscuridad densa, desequilibrio gradual,
allá donde sin ti solo soy
esa nada que te sueña.
Hermosa poesía, drenas el alma. Cada la palabra y cada verso encadenados en lidenza. Tus pensamientos y sentimientos se elevan en ese infinito del amor.
Saludos fraternos!