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Pasos Detenidos

En ese juego invisible de imaginarte sólo alcanzo a verte con los ojos cerrados. La vida, en esa primera ola que nos rodea, te dirige hacia la pasión, y no debes refrenarla. De tus manos adivino movimientos rápidos o lentitudes de danza, señalando siempre hacia el corazón o hacia lo alto, porque tus sueños forman parte del paisaje del azul.
Me he detenido, y esta vez con la voluntad de quien conoce cada hora. Necesitamos sueños o virtualidades pululando entre la calima intensa de este agosto y el callado despertar de un septiembre ya casi maduro.
Somos seres coincidentes en la línea del tiempo, pero con diferentes portales donde nos detenemos. Cuantas veces he intentado definir la vida he terminado por imitarme a mi mismo, y eso es un poco pobre, a estas alturas. Me descubro pesaroso de un no sé qué, como si hubiera convertido la tragedia en un juego de magia, y ahora, el truco es muy fácil de descubrir.
No he terminado de leer el libro que me regalaste al comienzo del verano. No he podido pasar de esas primeras veinte líneas. Y te digo que no lo siento, porque es tan siniestro como la portada, en la que un paisaje y una vaca pretender ser el escenario de un crimen con un yogur como objeto de deseo. El truco está en comenzar a leer desde el final, cuando sabes que todo ocurre y el resto es apología del aburrimiento.
Todos los veranos retomo mis lecturas de la adolescencia. Creo que algo se me pasó y no llegué a descubrir las razones para existir o el juego de abalorios preciso para imaginarte un Sidharta Gautama. Creo sufrir el síndrome de los pasos detenidos: te quedas quieto y algo sucede... no siempre inesperado.
Grekosay08 de agosto de 2011

5 Comentarios

  • Susiunderground

    Sí, tal vez el juego de abalorios sea mejor lectura.
    Sueños o virtualidades, pasos no perdidos, sino detenidos... el verano, amigo greko, te sienta tan bien para escribir...
    Saludos.

    08/08/11 06:08

  • Buitrago

    Razón no te falta y escribir se te da de lujo. Yo soy uno de aquellos martires del aburrimiento, de esos masocas por cabezota o cojones que si empiezan un libro no lo sueltan hasta el final por penoso que sea y eso es, lo que me acojona de ponerme a leer.
    bueno texto, como siempre.

    Antonio

    08/08/11 07:08

  • Alexandervortice

    Un placer leerte. Salud.

    08/08/11 11:08

  • Antares

    Pues yo me quedo con las hazañas de Sidharta Gautama, a veces nos devolvemos para concluir algo que dejamos pendiente. Ejemplo yo muchas veces soñaba con estar de nuevo en el colegio y que no pude concluir mi clausura de once grado, entonces para quitarme ese mal sueño, casi pesadilla, desidi tomar clases de matemáticas.

    09/08/11 02:08

  • Danae

    Yo tengo algunos libros fetiche. Libros que he releído y releído, en distintos momentos de mi vida. Y he descubierto que siempre es cambiante mi lectura según ese momento.
    A veces, viene bien no sólo detener los pasos, sino desandarlos ...
    Un gran abrazo.

    14/08/11 05:08

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