Ojos que se posan en las letras.
Palabras aprendidas en los años.
Libertad de pensamiento;
momento para ensoñar poesía.
Arboles que, cuajados de ramas,
son testigos de la usencia.
Y digo para ti, y calla en tu silencio,
porque ambas dimensiones me son dadas.
Palabras que nacieron para dar vida,
para ser vida, para decir...
o desdecir, como desdichas.
Y cuando pierdan su sentido,
todo habrá sido un juego fácil,
sencillamente poético,
o trágico o cómico
como el envejecido verbo que llama
desde la mudez de la boca
y el gesto detenido de la mano.
Las letras son un universo en si mismas, ese árbol en el que se posa el pájaro cantor para difundir su melancólico canto a los cuatro vientos.
La sinceridad de las letras acaba poniendo a cada uno en su sitio y tú sin duda debes estar en un pedestal.
Un placer leerte.
Un saludo.