Donde quedaron los tiempos en el que el valor de las personas se basaba no tanto en tu cantidad de riquezas si no mas bien en la valía moral y respeto infundido por las acciones justas? es decir, en la honorabilidad de la persona.
En su sentido de honradez. Cuando una persona se le descubría y desnudaba como el ser vil y corrompido, solamente por acciones que ahora comunes, en esos tiempos eran dignos de vergüenza incluso para el que realizaba la villanía.
Las disculpas publicas al ofendido (llegando a ser incluso ridículas como el hecho de besar la mano del afectado o clamar de rodillas su perdón) era lo que depuraba la vergüenza del agresor y limpiaba (si bien parcialmente) la deshonra de su apellido.
La afrenta recibida se pagaba severamente con la verguenza y los señalamientos y, quien actuase con maldad, sufria el desden hasta no haber reparado el daño por voluntad propia (para defender su honor sobre todo).
Este código de honor, se ha hecho participe en un sinfin de culturas con exito sumo. Denotando que estas actitudes bajas, basadas en el egoismo, la alevosía, el descaro y el deshonor, para obtener beneficios tan diversos como las mujeres, el dinero o el respeto eran particularmente motivos de afrenta publica y se les detestaba en grado sumo. Repugnante el alevoso, se le escupia a su paso: Por actuar bajo instintos perniciosos motivado por materialismo, trivialidades que nada valen para el que no es miserable.
Al parecer los tiempos cambian. el ser malvado vence al que se rige por el camino de la justicia, de la empatia, de la sensatez. Pocos canallas tienen la facultad de alterar las vidas de cientos de buenas personas sin la menor consideración, porque desgraciadamente se nos ha enseñado que tu valor se rige por tus posesiones; es decir, el egoísmo. Y si ese es el maximo valor establecido socialmente. Que importa incurrir en la bajeza? un ciclo pernicioso que se perpetua.
