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¡plas!

Eché el brazo hacia atrás con la mano abierta, cogiendo impulso a la vez que le miraba. Me dedicó una sonrisa burlona, por lo que llevé mi mano a su cara, entrecerrando los ojos cuando mi mano chocó contra esta. Aparté deprisa la mano y di un paso hacia atrás, mirándole; tenía la cara marcada, mi mano había quedado reflejada en su mejilla y yo sonreí, notando temblar mis rodillas, así que di un par de pasos mas hacia atrás y negué.
+Debería haberte dado mas fuerte.
Él me miró sonriendo y negó, llevando su pulgar a la mejilla para apretarlo en esta, ampliando su sonrisa.
-¿A esto le llamas fuerte?
Dio un paso largo hacia mi y cogió mi muñeca, clavando las yemas en esta y me atrajo hacia él. Intenté alejarme, pero sus brazos ya habían rodeado mi cintura cuando quise reaccionar, así que pisé su pie y le miré con el ceño fruncido, entonces él se acercó y mordió mis labios con saña, tirando de estos hacia él, haciéndome pegar el pecho a su torso.
-Dime que me quieres.
+Te odio.
Negó, dejando escapar una leve carcajada y bajó las manos a mi trasero, cogiéndomelo con fuerza para atraerme mas hacia él.
-Dime que me quieres.
Le miré ruborizada y negué.
+Como nunca he querido a nadie.
Historiascortas11 de septiembre de 2011

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