¿Sabes qué? Que no te entiendo, que no sé que está pasando. Primero me dices que no, después que sí, ahora que no sabes.
Compartimos secretos, momentos, besos, camas... Pero no sé por qué no avanzamos, por qué me confundes de una manera tan desquiciante. Primero había problemas en que pasara algo entre nosotros y ahora no hay ninguno, entonces ¿por qué no pasa?
Son tantas las cosas que nunca te contaré. Como que por ti prometo ser esas manos que te sujetan para que no caigas, esa sonrisa que tendrás cuando tú no la lleves puesta, esa canción que te motive, ese vídeo que te haga luchar un día más. ¡Tantas cosas sería por ti! Al igual que tú eres para mí ese hombro en el que llorar, esa voz con la que hablar, esa luz que me anuncia que un nuevo día empieza y esas fuerzas que no tengo.
Eres el único que hace que mi herida se esté curando, el que hace que me vuelva a valorar y que pueda volver a ver el lado brillante de la vida.
Gracias por la noche que pasamos juntos, por hacerme sentir querida después de tanto tiempo, por todas las palabras que me susurraste para que me durmiera, por abrazarme para que no pasara frío pero sobretodo por no arrepentirte, aunque sabíamos que estábamos haciendo mal.
Y lo más importante, gracias por ser mi amigo.
