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Magdalena

en carne viva, paso a paso y segundo a segundo me encamino hacia un templo de placer
colectivo, un sitio unico con la belleza mas grande que el hombre tiene el honor de
conocer, de poseer y de sentir, un lugar tan hermoso, como ruidoso es el mar que en
movimiento constante se azota una y otra vez aturdiendo al hombre.
puede ser que yo necesite compañia, o puede que ella haya sido el punto maximo de la
perfeccion, una maravilla semi-diosa tropesada en mi camino. voy entrando en aquel templo
mientras le veo desde la puerta con una sonrisa tan llamativa como sus hermosas piernas, un
engañoso y divino tormento que me atrajo en primera instancia directamente a querer
pasar un rato hablando con ella. por segunda vez, aquella escultura tallada a mano me
regala su suave e hipnotica sonrisa y hace contrastar su aroma a belleza de jazmín
con mi olor a humo y barra de bar.
se llama magdalena y me dará esta noche unos minutos de su vida, en los que podre
descubrir la primera imagen que quiera imprimir en mi, de su propia alma, se llama magdalena
y reluce en este antro como nadie mas logra ni lograra deslumbrar, veo en sus ojos cansancio
y sierto aburrimiento, mientras me sirve un sour en una copa de cristal, siento en su voz cierto
desinteres en lo que pueda contarle, pero no me alarmo, pues se que es una persona muy interesante,
y se que dentro de poco lograre entrar en verdadero contacto con la bella mujer, le digo
muchas cosas y le bombardeo con preguntas, se ve un poco perdida en las idioteses que suelo decir,
pero al mismo tiempo pone atencion en lo que hablamos, por un minuto logra que me pierda en sus
ojos, con lo que olvidaba que un caballero invita a una dama a compartir al menos un trago,
en fin se sirve un wisky mientras me bebo una cerveza mediocre que sabe a oro mientras esté
mirandola, me intriga y me hace querer un poco de tiempo más, es la primera vez que no consigo
psicoanalizar a la persona que tengo en frente, es la primera vez que me roban una sonrisa en
un minuto, y también la primera vez que saboreo el ultimo trago de cerveza mientras saboreo
mi ultimo pestañido de su maravillosa imagen.
vuelvo a la realidad dejando atras aquel templo de musica y alcohol, aquel templo de
intriga y bellezas, puede que jamas sepa si ella leyó esto, o bien puede que vuelva a verla
dentro de poco. es triste pero interesante que las maravillas absolutas de la vida sean tan
volátiles como un suspiro y tan fragiles como la llama de una vela.

Humoyceniza24 de agosto de 2010

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