Pasos
A veces me pierdo entre el alboroto de la ciudad, sumida en mis pensamientos sin ser si quiera consciente de los pasos que dan mis pies, de a dónde se dirigen. Que más da, pienso a veces, perder un poco el tiempo o el camino. Es necesario de vez en cuando carecer de sentido, sumirse en un mundo extraño que es el interior de cada uno y traer de vuelta viejas cicatrices en forma de lección.
Suenan ruidos difusos, tan cotidianos ya que apenas los percibo. Retumba el eco en mis oídos como lo hacían antes las voces que me llevaban a romperme cuando alguien se iba, cuando perdía lo que creía que era mío. Ahora me conformo solo con no ser yo la que se vaya de mí misma.
Me empapo de aromas y sabores, de sensaciones que me hacen tener un flaix-back. Me empapo de la lluvia como me empapaba antes de sonrisas, cálidas en comparación con el hielo que cubre ahora mis sueños.
Que vivo corriendo para huir de los propios pasos que dejan mis pies y es imposible, porque no soy pájaro para alzar el vuelo.
Y que hay algo mucho peor que correr sin saber a donde ir y es cuando corres sabiendo que no hay ningún lugar al que tengas que llegar.
