La noche fría y a la luz de la luna, ese nacarado aroma que despide cuando te ve, la ansía que siento de vaciarte las venas, esa esencia que anhela mi cuerpo probar.
Esas noches tan llenas de amor sin tocarnos, de esas miradas sinvergüenzas y llenas de odio, mi frio tocar y tu sangre tibia que siento a mi lado, extrañándote en lo profundo de mi habitación cuando el sol salió.
Volando, viajando hasta donde estas cada noche, solo para verte, tocarte, y volver a morir por ti, llenarte de mi antigua esencia, relatándote todo lo que pase solo para encontrarte.
Sintiendo que en cualquier momento te perderé, por la ausencia de mi extraña maldición en tu piel, por lo frágil de tu caminar por la tierra, si pudiera darte mi vida me negaría, solo sé que soy feliz desde que te encontré.
Dejaría atrás esas lunas carmín solo por ver tus ojos un minuto más, esas noches de gloria, el viaje por las primeras góndolas, mi astucia para tocar el piano, mi todo, mi futuro, las ganas de morir, por estar un segundo junto a ti.
