Guardo tus recuerdos en las hortensias del vestíbulo,
guardo mis labios agrietados en las grietas del papel pintado,
huyo en silencio de tu grito noctámbulo,
del olor de tus lágrimas que brota del dolor de mi costado,
juego al escondite con un pensamiento sonámbulo
'¡Debes cuidarte de no despertarlo!',
pero lloran tanto las gotas en el tejado...
Las hortensias se pudren entre tus mariposas
y mis gusanos.