Rasgando Esquemas.
Recapitulo. Hay una composición de impresiones, estimas, lejanía, convicción, dilema, concurre nuevo conocimiento de plantas, animales y geografía. Examino y todo retorna a lo que me inquieta: Ella.
Tiene 36 años y una descripción imparcial sería: constitución que difiere a lo rutinario del período de que provengo, como muestra de mujer. Su físico es admirable, se trata de una belleza que contiene a su etnia, conocerla a ella es conocer a las demás, guardan parecido, las diferencias son poco marcadas en lo externo. Es fuerte sin excesos, algo velluda, esbelta, un ligero aire varonil debido a las rudas faenas cuando adolescente. Complejo es definirla en su fuero interno, y su influencia en mi, contiene todo lo sublime, poco de lo indeseado, total, un ideal que sugestiona, tenerla próxima cambió totalmente mis conceptos, no deseo alejarme de su existencia, se estrecha la reciprocidad, algunos roces simples se convierten en turbación entre los dos, creo que más de mi parte, hay algo determinante en esto, lo que podría llamar pudor, no existe, es común entre ellas tener al descubierto los senos al hacer calor en demasía, o cuando frecuentan ríos para bañarse. En casa la costumbre continúa, ella no siente el más mínimo reparo en mi presencia, pero yo sí y es en ocasiones hasta un ansia contenerme a tan atractivo presente, que en ella es notablemente perfecto...
Duerme amigo -me ha dicho desde su hamaca- que mañana la jornada que nos espera será agotadora, ya tendrás tiempo de pensar sobre lo que te perturba...
Y después de una corta pausa añadió -no dista de lo que deseo...
¡Esto ya desmenuza mis esquemas! ¿Como sabe que estoy despierto? ¡Y que pienso en ella!
Es cierto, debo dormir, mañana zarpamos muy temprano en embarcaciones a remos, será una travesía larga que guarda un itinerario desconocido por mí y común a ellos, y que le da un atractivo a mi espíritu. Navegaremos por el arco de las Antillas Menores luego las Antillas Mayores, y nuestro destino final, arribar a Borinquen, isla del encanto.
Vaya nos llevas por mundos nuevos, surcando mares, y nos sugieres aventuras... ¿continúa?
Besos.