Desde la ignominia que marcaron huellas de cadenas en mis tobillos y muñecas, con avasallante atropello, entre biblia, sangre, sudor, látigo...
lacerando mi dermis morena, navegando en las galeras innombrables, llegué a virgen tierra ya ocupada con biblia y fuego.
Pronto siglo, súbito despertar y con el tambor al aire libre de mis versos vibrando el cuero y unos libros de Julio Verne que se le extraviaron al amo, pude saber de la libertad infinita que se tiene hasta de llegar a Luna y tocarle una melodía, ya no era permitido retroceder y en pos de la Luna y más allá voló mi imaginación con mis hermanos.
Aunque nos dispararon desde muchos flancos imperiales, nuestro corazón estaba blindado, echando la palabra contra quien sea, en este renacer hoy septiembre por la vida, castigando al sacrílego hongo atómico.
Y cuando los libretos de la mediática CNN del odio ya conocidos, intentaron voltear nuestra realidad, aullando al compás sincronizado de las viudas de los finados privilegios, que nunca se llenaron las uñas de tierra, privilegios, este postrimerías de septiembre, mueren entre mentiras, allí van las viudas llorando... las veremos.
Y yo, sin equivocarme, seguirán su llanto mañana lunes 27.
*A Dios lo que es de Dios
y al pueblo lo que es del César.
*Fragmento de una canción popular.