Tres de la Madrugada
Ya comienzo a sentir el calor del verano y la leve brisa fresca me envuelve en sus recuerdos, esa brisa que aleja el humo de mis cigarrillos de mí. Que desgracia del destino no tenerte hoy a mi lado. No te gusta el alcohol, pero puedo preparar un té si es lo que deseas. ¿Todavía me amas? Por favor, dime que sí. Me siento tan necesitada de tu amor como la tierra a el agua. La tristeza que hay en mi es muy grande, y desde tu partida no hago más que lamentarme. Mi esperanza se ha ido, y no sé quién me hará levantar de mi cama. Tengo todas estas palabras atrapadas en mi garganta haciendo que me ahogue. Después de todo, la escritura me hace dudar si es sana o insana para mí, ya que me hace recordar nuestros momentos juntos. No quería extrañarte. No quería sentirme como lo estoy ahora. A veces deseo haberme podido quedar dentro de mi madre. Nunca haber venido aquí. Sigo durmiendo con un ojo abierto, esperando tu llegada.
