Tú. Sin Caparazón.
Conseguiste que la palabra incomodar no existiese cuando tú estás a mi lado; que sé el instante en que me vigilas, tus pupilas no pasan desapercibidas al roce de mi piel; que conozco el momento oportuno, porque es aquel en que tú estás cerca; el lugar sólo es donde no exista la distancia entre nuestros cuerpos. Que la obediencia me cansa, las palabras se agotan y los segundos sienten la inercia de querer y no poder.