VisiÓn Compartida
VISIÓN COMPARTIDA COMO ELEMENTO EMPRESARIAL
Autor: Irais Velasco Oseguera.
Una visión compartida no es una idea, es una fuerza en el corazón de la gente; está inspirada por una idea convincente para lograr el respaldo de más de una persona, es decir son imágenes que la gente lleva en la cabeza y el corazón, y las visiones compartidas son imágenes que lleva la gente de una organización; una visión es compartida cuando se tiene una imagen similar y es mutua.
La construcción de una Visión compartida, es el producto de varias interacciones de visiones individuales, que requieren conversaciones periódicas donde las personas se sienten libres de expresarse y sobre todo, aprenden del proceso de compartir experiencias y buscar la forma en que cada individuo se responsabilice por hacer lo necesario para concretar la visión. Cuando la gente comparte una visión está conectada y vinculada por una aspiración común, las visiones personales extraen su vigor del profundo interés de un individuo en la visión; la visión compartida es vital para la organización inteligente porque brinda concentración y energías para el aprendizaje.
En la actualidad “visión”, es un concepto familiar en el liderazgo empresarial, ya que despierta el compromiso de muchas personas porque refleja la visión personal de ellas mismas. Compartir adquiere significado cuando se tiene en cuenta de la importancia de relatar o comentar con otros el destino hacia donde se dirige cada persona. Una visión compartida es cuando todas las personas tienen una imagen similar, les interesa que sea equitativa y no de nadie en particular, es decir si se logra que la visión personal se transforme en visión general y que no sólo la acepten sino la hagan suya, entonces verdaderamente será una visión compartida.
Cuando se logra esto se genera un fuerte vínculo, esta conexión lleva de todos los integrantes del equipo, grupo o comunidad a obtener mejores resultados, siendo algo como que la unión hace la fuerza. También permite a los miembros de la organización, tener claridad del porqué y del para qué de su esfuerzo; surge de visiones personales que se saben, así es como se energizan y alientan el compromiso. Hay organizaciones que alientan a sus integrantes a tener visiones personales para poder generar cambios y llegar a las visiones compartidas.
Una visión compartida modifica la relación de la gente con la compañía, es decir no es la compañía “de ellos” sino de todos; es el primer paso para lograr que la gente que profesaba mutua desconfianza entre ellos comience a trabajar en conjunto y se logre crear una identidad común. Los verdaderos líderes de empresa no tratan de convencer a sus trabajadores, sino que escuchan y comparten para crear juntos la visión; una vez redactada la visión, tiene que cobrar vida y tiene que ser revisada periódicamente y de esta forma puede favorecer el entusiasmo y el compromiso.
Lo que realmente es difícil, es mantener la visión compartida, por eso es tan importante la visión sistémica dentro de la empresa, ya que puede transformar en motor cuando las personas de la organización sienten que crean y modelan el presente y futuro de su organización, por lo que la clave para lograr una visión que se convierta en una fuente de inspiración y productividad para los equipos y las organizaciones, es que todos los miembros aprendan a descubrir en sí mismos la capacidad de crear una visión personal que de sentido a su vida y a su trabajo, que apoye la visión central propuesta por el líder.
Todas las visiones personales van alimentando la gran visión de la organización, y cada uno siente en ella una conexión intima que lo impulsa a dar todo de sí para convertirla en realidad. Una importante clave para desarrollar visiones compartidas consiste en alentar a los miembros de la organización o del equipo a que desarrollen visiones personales, si la gente no tiene una visión propia “suscribirá” la visión de otro, y el l resultado será el acatamiento y no el compromiso.
En una organización una visión compartida, modifica la relación de la gente con la compañía, ya no es la compañía de ellos sino la nuestra, es el primer paso para permitir que gente que se profesaba en mutua desconfianza comience a trabajar en conjunto, es decir crea una identidad común, se tiene más propensión a exponer los modos de pensar, a renunciar a perspectivas arraigadas y a reconocer los defectos de una persona u organización.
La visión compartida alienta a la experimentación y el deseo de correr riesgos, cuando se esta inmerso en una visión se sabe qué hacer, pero a menudo no se sabe cómo hacerlo; esta surge de visiones personales, por lo que la única visión que te motiva es la tuya, no se trata de que la gente se dirija por intereses egoístas, pues las visiones personales habitualmente incluyen dimensiones que conciernen a la familia, la organización, la comunidad e incluso el mundo.
O´Brien enfatiza que el interés es personal y que está arraigado en el conjunto de valores, intereses y aspiraciones de un individuo. Las organizaciones que procuran desarrollar visiones compartidas alientan a los miembros a desarrollar sus visiones personales, si la gente no tiene una visión propia, a lo sumo suscribirá la visión de otro; por otra parte la gente con un fuerte sentido de dirección personal puede unirse para crear una potente sinergia con miras a lo que cada persona quiere.
El dominio personal es el cimiento de las visiones compartidas, esto significa no solo visión personal, sino compromiso con la verdad y tensión creativa. Los que más contribuyan a la realización de una visión elevada serán quienes puedan sostener la tensión creativa: conservar nítida la visión y continuar indagando la realidad actual.
Al alentar la visión personal, las organizaciones deben cuidarse de no invadir las libertades individuales, nadie puede dar a otro su visión ni obligarlo a desarrollar una visión, sin embargo, se pueden realizar actos positivos para crear un clima que aliente la visión personal; los lideres que poseen una visión pueden comunicarla a otros de modo de alentar a compartir propias visiones, este es el arte del liderazgo visionario: construir visiones compartidas a partir de visiones personales.
Para quienes ocupan puestos de liderazgo, lo más importante es recordar que sus visiones siguen siendo personales, el hecho de que ellos ocupen puestos de liderazgo no significa que sus visiones personales constituyan automáticamente la visión de la organización; los lideres que desean construir una visión compartida deben estar dispuestos a compartir continuamente su visión personal. La construcción de una visión compartida es solo una parte de una actividad más amplia: el desarrollo de las ideas rectoras de la empresa (visión, propósito o misión, valores centrales); una visión que no guarde coherencia con los valores que la gente vive a diario no solo lograra inspirar genuino entusiasmo, sino que alentara el cinismo.
Las visiones se propagan a causa de un proceso reforzador de creciente claridad, entusiasmo, comunicación y compromiso. Las visiones pueden morir porque la gente se desalienta ante la aparente dificultad de concretar la visión, al aumentar la claridad acerca de la índole de la visión, aumenta la brecha entre la visión y la realidad actual, la gente se siente abrumada por las exigencias de la realidad actual y pierde de vista la visión, y finalmente cuando la gente olvida sus conexiones reciprocas.
BIBLIOGRAFIA
La Quinta Disciplina: Visión Compartida/págs.261-292
http://innovationforsocialchange.org/claves-para-construir-una-vision-compartida-en-tu-proyecto-u-organizacion/.
http://www.scout.org/sites/default/files/library_files/RDIfasciculo05.pdf.
http://www.icra-edu.org/page.cfm?pageid=anglolearncommonsp
