Que triste está mi cabaña,
llueve y llueve otra vez,
un hombre lleva manzanas,
la noche lo cubrió ayer.
Sus ojos quietos,su alma,
coronados de laurel,
al suelo miran en calma,
mira la mañana a él.
Que triste está mi cabaña,
no ha dejado de llover,
a lo lejos las campanas
van contando hasta diez.
Que triste está mi cabaña,
lluvia a las dos y las tres,
el corazón de la manzana,
se confundió,quiso ser nuez.
Que triste aquella noche mojada,
como vino se fue,
con la flor de la mañana,
con la luna después.