El tiempo gira en sus manecillas:
Estoy en la sala de los moribundos.
Recuerdo el recuerdo de las flores
y los manantiales de clarividencia.
Recuerdo haber pisado afrecho
recogido hace ya cientos de años.
Me bañé e cascadas de nobleza
e imité a la luna en plenilunio.
Devoré a las hembras de senos hermosos
y las bebí como si fueran lagos.
Pero todo ya son reticencias
que se irán con la entrega del alma.