Una tarde de septiembre,
en Madrid,
una orilla de mi mar se hizo bahía,
de
aguas tibias, limpias, y tranquilas,
ideal para el barquito
chiquitín
en el que navega tu alma Lucía .
Tienes los ojos color de esperanza
y el amor dibujó tu
sonrisa,
hueles a Dios, a misterio y a vida,
niña de
mi niña, pequeña Lucía.
Si algún día, pequeña Lucía,
te ves en aguas profundas y frías,
deja que el Cielo
sea tu viento,
El llevará a puerto el hermoso velero,
en el que navega tu alma, Lucía.
Tendrás los
ojos color de esperanza,
y el amor seguirá en tu sonrisa,
olerás a Dios, a misterio y a vida,
siempre serás la niña
de mi niña , pequeña Lucía.
Isidro con que calidad escribes, tus palabras destilan amor por cada verso escrito.
Admiro esa preciosa manera de escribir que voy descubriendo a traves de tus textos.
Saludos