De repente un día apareceré como especie extinta por vuestra culpa y me tildaréis de basura.
Como los residuos en un contenedor apilados pensando:
-Ya no servimos para nada-
La trituración como última salida.
Seré más inmundicia que intenciones,
más jeringuilla que libro,
más cuneta que camino.
Después de todo,
el vertedero como hogar.
Esperaré unas manos canas buscando alimento a las que sí les sirva aunque sólo sirva para infectar y pensaré que
aún
sirvo
para
algo.
Entre todos los desechos, la piel arrugada de un cuerpo que también un día,
se cansó de luchar.