Amar a la Nada
30 de marzo de 2009
por javert
A veces distante, a veces cercana, siempre imposible. Colgada del hilo de una trampa insalvable, a veces mortal, siempre eterna. ¡Qué maldito rumor para el corazón el de tu voz, cálida y fría, siempre presente! ¡Qué desatino es encontrarte en tu rincón, con la vista fija en mi presencia, con el atardecer de mis días reflejado en el sol de tu mañana, siempre viva!
Te veo y me escondo, te escondes y corro a verte; te llamo y me giro, me llamas y el tiempo deja caer sus alas con la liviandad de un futuro conjunto, distante, siempre soñado. No hay nada que puedas dejarme, nada que puedas decirme, nada que puedas hacer para sorprenderme; mi vida ha sido el sueño continuo de un presente que imagino a tu lado, con cada palabra lanzada al alba de tus noches, con cada suspiro entregado al cielo de saberme parte de tu sonrisa, siempre evocadora.
Locura es abrazarte, anhelar un beso en tu despedida, creer que el tiempo te traerá a mi vida, estar junto a ti, sin tenerte, sin mirarte, sin conocerte, sentir tu compañía en el callejón oscuro donde se pierden todas las miserias y mis soledades, hablar con la nada de esa piel que lo envuelve todo... locura, locura abyecta e inefable, enfermedad que no entiende de sueños, de fantasías, de ilusiones que, a fuerza de corazón, terminan por hacerse tan reales como el atisbo de esperanza que atraviesa mi cuerpo al pronunciar tu nombre, siempre prohibido...
"Parece mentira", dijo La Voz, "no creía que el vacío de tu existencia, te permitiera amar a la nada"
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