En esta tarde de sol ajeno, la vista filosa gastando las baldosas. En que estarás pensando, allí tan lejos, en el fondo de tus ojos.
Pensaras en la oscuridad estrellada de tu piel. En la suma de tus soledades. Niño mujer madre, en un árbol con demasiadas hojas secas sobre el suelo árido. En que estarás pensando.
Es evidente (lo estoy viendo con el fondo de mis propios ojos) que llevas los bolsillos cargados, en demasía llenos. Angustias, Recuerdos, imágenes, sonidos, calores y colores hinchan la tela.
Duro es el banco de madera en esta plaza de alegrías impropias, duro el suelo bajo tus pies y la tristeza bajo tu pecho. Ahora, tiempo que ha dejado atrás el hace un momento, comienzas andar con aire cansino y desesperanzado, aire que nos agobia a ambos; a mi debajo de los ojos y a ti encima, bien encima del alma.