La iglesia para adaptarse a esta época vende un Dios cada vez más edulcorado.
Y del infierno, que es invendible, no quiere saber nada;
de facto ya lo ha suplido por el eufemismo: "La ausencia de Dios"
Las guitarritas de las juventudes del Papa han sustituido
(esperemos que definitivamente) a los aparatos de tortura de la inquisición
A la Iglesia le ha pasado lo mismo que a la Coca - Cola;
para vender en estos tiempos ha tenido que sacar la versión light
Has conseguido plasmar una visión de la iglesia, totalmente real, desde mi punto de vista. Comparto todo lo que dices.
Un saludo.