Piso sobre las cenizas esparcidas por este mi querido y añorado suelo,
Es demasiado tanto vacio, ¡ay como se divisa abandonado mi pueblo ¡
Ya no están los mismos que antes, los que aquí un día estuvieron,
¿A dónde se abran ido llevándose sus poemas y la belleza de sus cuentos?.
.-Tierra que grita al viento llamando a voces a todos sus muertos,
Extraña a la hermandad que florecía bajo el alerón de un estrellado cielo.
Desbastados quedaron los campos de algodones suaves como versos,
Que dolientes y perdidos en soledades otrora abundante florecieron.
Nada hará que brote de las cenizas un bienaventurado renacimiento,
Confianza en la nueva savia, en el mosto que hoy se estila yo poseo.
Pero son muchas sillas vacías que quedaron de los mágicos encuentros,
Y abro mi maleta envejecida donde he conservado muchos de los recuerdos.
