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Constructores

Los años nos pasan, y no nos danos cuenta de las partes de nosotros que dejamos que se lleven. La tendencia es aferrarnos a la idea común de que con el tiempo, la experiencia nos vuelve más sabios. Para un elevado porciento, en realidad, no daría fé de cuán elevado, esa creencia se mantiene verdadera. Honestamente, pienso que si todos mirásemos a fondo, si nos comparásemos con quienes fuimos, veríamos que nos hemos vuelto "nosotros menos algo". Nos hemos puesto muchos más, lamentablemente entre ellos un oficio que no es ajeno a la inmensa mayoría de la raza humana: hemos aprendido a construir muros. Y es una labor que, mire usted, desarrollamos con exquisita destreza. Nuestros muros son tan grandes que nos impiden ver al otro lado, extremadamente difíciles de tirar abajo, e incluso, sabemos cómo construirlos de tal forma que sean invisibles, para que los que se topen con ellos se vean detenidos pero incapaces de saber qué para sus pies.
Los niños, muy jóvenes aún, no saben de esta profesión a tiempo completo. O, quizás, ¿será que sí la conocen, pero también son conscientes de su opuesta? Ellos son capaces de pasar a través de cualquiera de los muros, hayan sido construidos por el más listo, o por mil esclavos.
Tengo la certeza de que su talento está en saber sobrepasar, escalar, esos inmensos muros, con el alma limpia y la energía de lo puro.
Debe advertirse que esta profesión tiene un salario muy bajo, tanto así que su valor se expresa en números negativos. Exactamente, esa es la pregunta: ¿Entonces por qué las personas se dedican a eso? Yo tampoco sabría decirte. Pero piensa en ello, esa es probablemente una de las preguntas más útiles con las que te toparás en tu vida.
Ahora, estos empleados tienen unas ganas enormes de trabajar. Casi siempre los encontrarás levantando estructuras, a su alrededor, o alrededor del que tengan próximo.
Te propongo que te sientes solo/a en un lugar que te ofrezca paz. Si cierras los ojos e intentas realmente ver, podrás darte cuenta de alguno de los muros que has y han construido a tu alrededor. Intenta averiguar sus nombres, solo sabiendo el nombre de las cosas puedes pretender dominarlas ("El temor de un hombre sabio" de Patrick Rothfuss). Hay nombres muy populares: "no soy suficiente", "soy una víctima", "dependo de algo", "no puedo", "ser gay está mal", "lo que veo es lo que hay", "definición de quién soy".
Son muros comunes, ni tan siquiera en lo que te limita estás solo. Ayuda al mundo a caminar sin fronteras. Empieza hoy, coge un martillo cada día y empieza a derrumbar las murallas alrededor de ti bloque a bloque
Jessloveslife28 de octubre de 2016

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