El Piano Sabe Algo que tu No
(capitulo 9)
Capitulo 9. Quiero estar contigo.
Miles de luces se posaban sobre su semidesnudo cuerpo, que era examinado por cinco doctores y una enfermera. De las miles de veces que había estado en el hospital, nunca le supieron dar un diagnostico concreto a su familia, siempre decían lo mismo: “no sabemos con seguridad que es lo que tiene”, “puede empeorar”, “con estos medicamentos mejorara”. Pero nada era cierto, las alucinaciones seguían, cada vez con mas intensidad.
- ¡Es tu culpa que este aquí!
Linda se encontraba desesperada, imaginen el dolor de una madre al tener a su hijo inconciente en un hospital, así lo hubiera rechazado algunas horas antes. Iba de un lado a otro, se escuchaban sus murmuros, nadie podía entender lo que decía.
- ¿Mi culpa?
- Tu fuiste quien lo metió en esto, por ti es como es.
- Señora, con todo respeto, pero no voy a dejar que me hable así. En primera, amo a Frank, se que el me ama.
- ¿Cómo te atreves a decir eso? – El ardor en su mejilla, lo hizo llevarse la mano hasta ella, acariciando suavemente, tratando de calmar el dolor.
- Yo…solo digo la verdad.
Los gritos entre ellos hicieron que el personal del hospital llegara al lugar en el que estaban, más que molestos.
- Disculpen, les exigimos mas respeto, están en un hospital, no en la feria del pueblo. – Hablo una de las enfermeras.
Pasaron algunas horas, la Sra. Iero seguía dando vueltas por todo el lugar, mientras que Gerard solo se dedico a llorar en una de las esquinas de la sala de espera. Queriendo estar con el, saber que esta bien. En ocasiones la mirada de odio de la madre caía sobre el, pero no le importaba, le era indiferente, como le dijo a Frankie cuando declararon lo que sentía: Nada, ni nadie, podrá contra ellos dos.
- Disculpen, familiares de Frank Iero. – Gerard elevo su mirada al escuchar su nombre. Se puso de pie, junto a Linda.
- Soy su madre, ¿Cómo esta?
- Como si en verdad le importara. – Murmuro.
- Pretenderé que no escuche eso. ¿Puedo entrar a verlo?
- No señora, lo siento, esta en observación, solo quería informarle que hemos bajado la fiebre, y hemos logrado estabilizar la extraña actividad mental que tenia. Su hijo padece de esquizofrenia leve. Pero aun así es peligroso. Puede empeorar. – Ven, se los dije, en todos lados dicen eso.
- ¿Esquizofrenia?
- Es una enfermedad mental, provoca alucinaciones que, pueden hacer que el que la padece se lastime físicamente.
- ¿Quiere decir que mi hijo esta loco?
- No precisamente, puede curarse, con un tratamiento constante. Lo bueno es que, no esta muy avanzada.
- ¿Y que podemos hacer?
- Llévelo con un buen psicólogo. Con permiso.
- Gracias. Pase usted.
Deseaba mas que nada poder verlo, y decirle cuanto lo amaba, pero también deseaba que la madre de Frank estuviera muerta y los dejara vivir en paz, ¿no es eso egoísta? Frank era su hijo, lo entendía, ¿pero porque ella no podía entender que amaba a Frank y Frank lo amaba a el? ¿Acaso es tan difícil? También entendía, que los dos son hombres, y que eso no es muy bien visto en la sociedad. ¡Al diablo con la sociedad! Lo único que importaba eran ellos dos, ¡al diablo con su familia, al diablo con la de él! Pero que grosero.
- Vete por favor.
- No.
- No se como te llames, ni tampoco me interesa saberlo, pero no tienes derecho a estar aquí.
- Claro que lo tengo.
- ¿Con que titulo?
- Como la pareja de Frank.
- Tú de mi hijo no eres nada. Haré lo que sea para alejarlo de ti.
- Frank ya no es un niño, no se dejara manipular por usted. ¿Por qué no lo deja en paz?
Y empezaba de nuevo la pelea suegra-nuero. Aunque no lo fueran, pero es lindo llamarlo así. En ningún momento Gerard se fue del hospital, no iba a dejar que la mirada de Linda lo intimidara, era mas fuerte que ella, solo esperaba el momento en el que el doctor dijera: “pueden pasara verlo”. Y no dudaría en correr para llegar primero para asegurar la puerta y cerrar cortinas, para que nadie viera hacia dentro. Pero nunca pensó que “eso” pasaría…
- Enfermera, aumente el grado de morfina.
- ¿Qué esta pasando?
- Salga de aquí…
