Enlabasilica
Me gusta "escarbar" por los textos más antiguos para ir observando la evolución de aquellos escritores a quienes leo, aunque muchas veces, lo sé, el orden de publicación no es parejo al orden de creación. NO obstante, el fisgonear por los pasillos me da una idea de cómo es la casa.
Nos dejas un terrible affaire con el mismo caballero de las tinieblas. ¿O tal vez no es más que una introspección en los basureros del alma de la especie y una comunión con los espíritus que, desde el albor de los tiempos, la poseen?
El germen del mal (la cópula de los grigoria con las hembras, en el principio de los tiempos, anidó en el alma de la especie un soplo del mismo mal que aquellos ángeles caídos portaban) es connatural al hombre, y busca caminos para mostrarse. A veces, la iniquidad de las acciones, otras, simplemente el grito desgarrado del que odia su propia naturaleza, de la que no puede sustraerse. Una paradójica en la que dejas patente la anfibología de tus sentimientos. El eterno enfrentamiento amor-odio y la eterna conjunción bien-mal. Se puede llegar a odiar el bien por el amor al mal, mientras que ese amor hace que odiemos el propio mal que lo engendra. Nos pesa, sin duda, el pecado arcano de nuestra especie.
Interesante propuesta, aunque dura.
15/10/09 09:10