Segundos fugaces entrelazan la distancia
Y la necesidad de cruzarte,
Hasta que el nacimiento de la medianoche
Trastorna mi razón de vida,
Acariciándome la muerte en su inquietud más fría.
Persiguiéndome tus ojos
E intentando raptarme tu recuerdo,
Fijo mis alegrías en tu rostro durmiente
Y procuro que la noche te haga recordar
Que aún estoy a tu lado,
Velando tu descanso,
Tu sueño profundo
De mentes caídas y suicidios salvadores.
Entre tanto,
La enfermedad de tu ausencia
Sigue llevándose consigo
Pedazos de mi vida,
Y me asesina
Hora tras hora,
Un poco más
Johnny Hoyer.