Una Niña
El viento rumoroso, paseando entre la vegetación ya acaricia una hoja temblorosa como igualmente ocurre con el corazón de una niña, en todo lo que es; sonriendo alegre y, sin querer. Ambiciona el amor, porque sabe que no arrebatará para despojar ni de quien lo reciba tampoco a la pobreza destinará.
Tal caso sería el del llanto esperar, para con la miseria venir a asaltar. Pero un vendaval sobrevino y, así nació este paisaje mental en lo que le pareció ver toda la flora caer. Desde entonces corre al escuchar que del amor hay más motivo temeroso de escapar, al escucharle con su rumor quietamente pasar.
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