- ¡Por vida del Rey Mariano,
responded pronto, gusanos!
¿Quién mató a la Educación?
- FuenteoWertjuna, señor.
- Que no me vengáis con cuentos.
Que están echadas las suertes.
O estáis con mi LOMCE a muerte,
u os fulmino al momento.
- Decidme pronto villanos,
que yo me lavo las manos.
¿Quién mató a la Educación?
- FuenteoWertjuna, señor.
- Pues rezáis el Jesusito,
también las Cuatro Esquinitas,
que son rezos muy bonitos,
y a callarse la boquita.
- Escuchad bien lo que digo,
y evitaréis el castigo.
¿Quién mató a la educación?
- FuenteoWertjuna, señor.
- Con vosotros no se puede.
No alcanzaréis ser felices.
Mi ley ya os lo antecede
y el Evangelio, lo dice.
Sé que el Fénix, que vendió de manera prostibularia su pluma y sus versos al mejor postor; no se removerá en sus tumba porque yo, partidario cervantino, los utilice aquí para mofa y escarnio de uno de los peores politicastros que ha alumbrado este siglo.