Deberías ver las rozaduras de mis talones después de que la noche cabalgue sobre zapatos de vértigo. Deberías ver los arañazos de mi cuerpo, ocultos bajo jirones de piel en venta cada madrugada. Pero, sobre todo, deberías ver las heridas de mi alma cuando se abren sigilosamente y una sonrisa de media luna, derramándose sobre un mar de sábanas limpias y juegos infantiles, me susurra que soy yo, que la niña que sueña con caballitos de cielo y estrellitas de mar sigo siendo yo; aunque sea aquí, esperando que te conviertas en el último cliente de hoy.
Hola Juca, esta muy bien tu texto me ha gustado mucho, esta frase de inicio era muy complicada. Yo no fui capaz de construir nada.
Felicidades!