El silencio enmudece
el suave canto que arrulla,
espectral presencia la tuya,
que todo rostro humedece.
Globos henchidos de asombro
la vista al suelo dirigen,
un muro de temor erigen
que tu truecas en escombro.
Que no es nada personal
susurras tenue al oído,
del que sabe todo perdido,
con tono profesional.
Sin aparente razón
tu enjuta mano alargas
y su boca le amargas
al tomarle el corazón.
Tu trabajo te entristece.
Al Estigio río regresas
con tus encadenadas presas.
El silencio enmudece.
Tremendamente espectacular, un lujo de lectura o por lo menos, esa es la opinón que en mi merece
un saludo
Antonio