Nace el Sol por el oriente
en arduo ciclo inmutable
y luego de arco inefable
húndese tras el poniente.
En trasiego diligente
calor y vida reparte,
convirtiendo luz en arte
en dorado ocaso ardiente.
Cuán insensible es la gente
cuando no siente su paso,
cuando no trocan en vaso
que atesore diligente
cada rayo que lo aliente,
cada fulgor que lo encante.
Agradecido y amante
de que el astro lo sustente.
Es el hombre displicente,
arrogante y engreído
y de haber así vivido
nunca bastante lamente.
Me gustó tu modo de expresar el contenido. Es diferente, reminiscente, con aires que me atrapan.
Beso grande