Todo fue del revés desde entonces;
nos dijeron del aura apolínea
desde un arrugado púlpito
que gastaba palabras incontenibles.
Nada debería resultar extraño:
ni bola sonrosada que nos domeña
ni el esplendor masticado en vano.
Perdona esta injustificable tardanza en contestarte, pero es que esto "sitio" lo tenía olvidado. Desde ahora estaré más atento. Muchas gracias, amigo Night14, y un fuerte abrazo.