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Maldito Sufrimiento

Adolfo tenía 13 años cuando su vida cambió.
Las drogas, la calle, la marginalidad, se apoderaron de su alma infantil, antes llena de ideales y sueño, hoy convertida en sombras.
Su padre, tipo duro e infame, golpeaba a su hermana y a su pobre madre.
Él, púber aún, con agilidad y destreza, lograba sortear los malabares del destino: acudía a la escuela, cuidaba a su madre, hacía las tareas.
Mas la oscuridad y tinieblas, absorbieron la esperanza que al pequeño inculcaba la dulce muchacha.
Ella era la flor que crece en el desierto, la primera gaviota en verano, la brisita estival, para él era eso y más.
Para él era la certeza, la fuerza, la espada, el hierro, el día y la noche a la vez, la más exquisita miel era ella.
Con el tiempo, la flor comenzó a marchitarse, la gaviota ausente estaba, la brisita, antes fresca, hoy parecía sofocante.
¿Es que el destino impuesto pudo más que la fé?
Así fue.
El penetrar de las circunstancias lo impulsó al camino pedregoso. Por esos senderos conoció a una dama blanca.

Fue el fin.

Perdió el rumbo, enloqueció, la obsesión glopeó a su puerta y así también la adicción, la rebeldía, el descaro.
Los pétalos de la flor, fueron cayendo con el tiempo, uno a uno rozaban el suelo, la tristeza, la desolación. Ya no había esperanza alguna.
El niño tierno desaparecío, en su lugar germinó un delincuente.
Adolfo un día iluminado por los destellos la dama blanca, extaseado al límite con sus visiones, hasteado del sufrimiento que invadía su ser, inundado por las lágrimas de su corazón asesinó a su padre en un acto de "valentía". Este hombre una vez más había provocado dolor en su madre. Pero este dolor no emergía de los golpes, sino de la frustración que los hizo presa fácil del vil desalmado.
Hasta el día de hoy se pregunta el joven Adolfo cómo fue capaz?
¿Fueron las drogas o su espíritu cansado de luchar?
¿Es que su cuerpo y el de su madre podían seguir almacenando dolor?
¿Es que sus ojos curtidos y ajados debían seguir derramando lágrimas?
Fue así como perdió su libertad.
Nunca más volvió a saber de su frágil florecita, de seguro aún sigue tirada en el jardín de las ilusiones, ya olvidada, ya amarga.
Las cicatrices de Adolfo aún sangran y se vuelven heridas y cada día se pregunta si es posible aguantar tanto dolor.
Fue entonces cuando escuché su murmullo, oí las gotitas de amargura rozanso su mejilla. No pude evitar maldecir.



Querido amigo la flor de la esperanza aun aguarda por tí.
Kamy17 de agosto de 2008

6 Comentarios

  • Moonlightshadow

    Una historia muy triste.. lamentablemente historias as? ahora se oyen por todas partes.
    Precioso tu texto, Kamy
    un beso!

    17/08/08 02:08

  • Kamy

    Es tan lamentable como real Moon... :(

    Gracias por leerme.

    17/08/08 03:08

  • Dama

    Cierto , real como la vida misma , que triste es saber que cosas tan crueles pasan en muchos hogares , si supieramos quien tiene la culpa de todo .....
    mil besos

    17/08/08 04:08

  • Kamy

    As? es Dama...el culpable es el c?rculo vicioso que se forma cuando un ni?o nace pobre y es maltratado, luego va a la c?rcel, inunda de drogas su cuerpo, sale libre, roba (nadie le da trabajo), golpea tal y como lo golpearon.
    Quien sabe si alguna vez un descendiente de ese ni?o golpeado saldr? del c?rculo.

    Tambi?n te agregar? a favoritos dulce Dama.

    17/08/08 05:08

  • Dama

    Seguro que sale , la esperanza es lo ?nico que se pierde , casos m?s dif?ciles se han visto .

    17/08/08 05:08

  • Kamy

    Es la lucha contra el mundo la que es desesperanzadora y dificil...
    Es su lucha interna y externa contra lo establecido y contra los malos sentimientos...

    Ah? se ver

    17/08/08 05:08

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