Empezare diciendo que todo lo que
florece llega a marchitarse...
Quiero mencionar que sin ser yo
la protagonista principal, llegue a sentir la pasión y el dolor que
sintieron ellos...
Bueno creo que es hora de empezar a relatar
la historia que hoy os deseo contar...
Ella era oscura como la
noche mientras que él era luminoso como el día. A pesar de ello se
amaban con delirio pero la angustia también existía en aquella
relación…
Niña y mujer a la vez, dulzura y veneno en su
interior.
Hombre sin infancia de tremendo corazón puro y alma
blanca que ansiaba encontrar la felicidad.
Él la comparaba con
una rosa negra, pues sus lindos rasgos asiáticos volvían loco a
cualquier mortal.
Ella le reprochaba su poco atractivo físico,
pues aunque fuerte y alto era, no le atraía…
Él la deseó al
verla, pues su libre alma quería sentir ya que anhelaba el significado
de la palabra divertirse.
Ella le acepto pues decía querer
sentar la cabeza, formar una familia…
Pasaron juntos tardes
infinitas, tardes donde la lujuria siempre estaba presente…
Tardes inolvidables para ella, tardes dolorosas para él…
El tiempo pasaba y pasaba…
La cobardía de este le
impedía decirle que no era la chica que creía…
Ella reía y se
divertía mientras que él lloraba y sufría…
Y aun así se
querían.
En el firmamento estaba escrito, que ese día todo
acabaría…
Tan guapa como siempre le esperaba en la esquina del
boulevard des amours…
Pero el no apareció…
Ella sin
entender el por que se hecho a llorar… con la pintura de la cara corrida
y el vestido mojado por la lluvia, llegó al banco del parque donde él la
beso por primera vez…
Sentada allí, dejando que el orvallo le
cayera por encima, mojándola cada vez más, se dio cuenta de que era muy
injusta…
Se dio cuenta de que le amaba, de que había hecho mal
pero jamás aceptaría haber sido mala…
El amor que sentía se
convirtió en rabia y secándose la lagrimas que le resbalaban por la
cara, prometió no perdonarlo aunque el se arrodillara…así ella creía que
él volvería.
Pero no apareció y con el corazón destrozado y la
piel desgarrada por amor y rabia, decidió hacerse monja pues así creía
que encontraría el perdón…
Pasó el resto de su vida encerrada
en un convento y ni siquiera en su último suspiro de vida, se perdono a
si misma por haber sido lo que fue en su vida aunque tampoco acepto
nunca haber sido mala…
Pero se reprochaba haber perdido al
único hombre que realmente la supo amar…
Perfectamente relatado, sobre el mensaje... asi sucede, a veces algunas personas se acostumbran a la "mala vida" y cuando llega alguien que de verdad los/las valora, siguen actuando igual que como se comportan con el resto del mundo... hasta que se cumple aquello de "nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido".
Me gusto.
Un saludo.