A ti que en celestial cielo me encierras
por custodia entregando tu belleza
del llanto -a cada lágrima- que empieza
a sembrar mi dolor por otras tierras.
Fiel mariposa, con tu aroma cierras
las llagas del silencio en mi tristeza
y trazas con tus alas fortaleza
en donde liberarme, ajeno a guerras.
Estilo y perfección son tu sentencia
de la cual vivo mas sin ella muero;
es tu luz quien me atrapa y me completa;
me ausento para estar en tu presencia;
unido a ti estoy ya mas no quiero:
a ti debo mi vida de poeta.