Apenas oigo pasos en la senda
que animen el sentido a mi fracaso.
Quizás tornó el camino con retraso
o se halle despojando de su venda.
Tal vez, para mi mal, no me comprenda
y desorientado al negar mi paso
otras huellas le lleven al ocaso
mientras sirvo al destino de merienda.
Sentado bajo un árbol, a la espera,
contemplo el horizonte que he dejado,
temiendo que el camino tuyo muera
y el mío lo transite abandonado,
formando con dolor una barrera,
cerrando cualquier puerta con candado.
Siempre me gusta lo que escribes. Saludos